El dolor y el sufrimiento son inherentes al ser humano.
Cuando el sufrimiento se presenta de manera consciente lo hace en forma de dolor y/o infelicidad, cuando es inconsciente se traduce en agotamiento.
Cuando el sufrimiento se presenta de manera consciente lo hace en forma de dolor y/o infelicidad, cuando es inconsciente se traduce en agotamiento.
El sufrimiento nos sensibiliza, nos vuelve hacia nosotros mismos y nos persuade que esta vida no es un juego, sino un deber.
El dolor sitúa al hombre ante sus propios límites y le hace sentirse tal cual es, imperfecto con sus limitaciones.
con el sufrimeinto descubrimos el valor de nuestra propia vida, porque o nos hundimos en la desesperación, o nos hace superarnos en nuestros propios límites.
¿Cómo sabríamos que podemos ser felices, sin haber experimentado alguna vez el dolor?
El sufrimiento nos despierta del letargo de la comodidad y de la apatía
- Hay personas que en medio de su sufrimiento, han encontrado la paz interior, han sabido reconciliarse consigo mismos y dar un sentido definitivo a su existencia.
El dolor busca siempre las causas de las cosas, mientras que el bienestar se inclina a la inmovilidad y a no volver la vista atrás.
El sufrimiento lo producimos nosotros mismos y no los demás,. Cuando nos veamos cansados de sufrir, ese será un buen momento para despertar.
Las medidas que suieren los expertos para vivir el dolor es lo siguiente:
Aceptarlo: Normalmente ante una mala noticia o una contrariedad que nos suponga dolor necesitamos tiempo para asimilarla y aceptarla.
Rechazarlo: Tratar de evitar el dolor es adentrarnos aún más en el sufrimiento, es prolongarlo. No podemos pretender creer que no existe.
Desesperarnos: Es normal que cuando una persona está sufriendo bien por problemas familiares, enfermedad, trabajo, pérdida de un ser querido, etc. se sienta débil y con una profunda tristeza.
Es normal por tanto que proteste, llore, grite o se enfade. Sin embargo, lo que no puede ocurrir es que se desespere y no sea capaz de salir de la situación que le hace sufrir, destruyéndose y siendo la desesperación, la causa que el sufrimiento sea constante en su vida, impidiéndole además aprender algo constructivo de todo ello.
Para comprender es necesario amar. Para comprender el dolor debemos amarlo, debemos ser conscientes de él. Si queremos comprender algo -a nuestro vecino, esposa, o a cualquier relación-, si queremos comprender algo completamente, necesitamos estar muy cerca de ello.
Cuando se trata de amores perdidos sufrimos, pero este sufrimiento se centra en el ego, no en la persona, cosa o situación que amamos y se ha ido.
Aquella persona, cosa o situación, servía para ocultarnos nuestro propio sufrimiento, para evitar que viéramos lo que hay en realidad en nuestro interior, la soledad y el infortunio.En realidad nos menospreciamos pensando que no somos nada, que no tenemos valor, y creemos que mediante las personas y las cosas somos “algo”.
Por eso lloramos, porque cuando terminan nos encontramos solos y abandonados, no lloramos porque se hayan ido.Si podemos permanecer con el dolor y no apartarlo de nosotros, ni tratar de negarlo, lo único que existe, entonces, es el sentimiento de intenso dolor, en el que nuestra mente se encuentra en silencio.
La incapacidad de observar es la que da origen al sufrimiento.
Carmen y Gretel