Luego de un aborto inducido, las mujeres pueden experimentar sentimientos positivos o negativos, como también sentimientos mezclados. Hay mujeres que sienten una nueva fuerza después de haber tomado esta decisión, otras se sienten culpables. Esto último puede ser explicado, en gran medida, por condiciones socioculturales de sociedades donde el aborto es sancionado moralmente.
La tristeza y el sentimiento de pérdida son más o menos frecuentes, sobre todo si la decisión de abortar fue tomada en condiciones difíciles, si significó la perdida de la pareja o la ruptura de otros lazos afectivos.
Sin embargo, en contraposición al supuesto trauma post aborto, muchas mujeres manifiestan haber sentido alivio después de interrumpir voluntariamente un embarazo.
Ejercer el derecho a decidir
Estudios realizados en México y en Perú, con entrevistas a mujeres que han pasado por esta experiencia, muestran que en los casos en que la decisión es tomada de manera autónoma y segura, los efectos emocionales son positivos y la recuperación es casi inmediata.1
Otros factores que influyen positivamente en la mujer que toma la decisión de practicarse un aborto son: el acceso a la información y a una orientación que le permita valorarse a sí misma no sólo como madre; el acceso a servicios médicos de calidad; el apoyo y la comprensión de la pareja, la familia o personas cercanas.
Así, la mujer puede enfrentar con más y mejores recursos esta experiencia en un contexto como el de la sociedad mexicana, donde existe una tendencia que condena moralmente a las mujeres que interrumpen voluntariamente un embarazo.
Tu vida está a salvo
Haber tomado esta decisión hará posible que la mujer pueda:
• Continuar trabajando o estudiando sin alterar sustancialmente su proyecto de vida y posponer la decisión de una posible maternidad