martes, 29 de septiembre de 2009

LOS SENTIMIENTOS DESPUÉS DE UN ABORTO

Las personas reaccionan de diversas maneras frente a un mismo hecho.

Luego de un aborto inducido, las mujeres pueden experimentar sentimientos positivos o negativos, como también sentimientos mezclados. Hay mujeres que sienten una nueva fuerza después de haber tomado esta decisión, otras se sienten culpables. Esto último puede ser explicado, en gran medida, por condiciones socioculturales de sociedades donde el aborto es sancionado moralmente.


El movimiento en contra del derecho de las mujeres al aborto ha contribuido a difundir la idea de que existe un "trauma post aborto" que provoca una depresión profunda en las mujeres que han interrumpido un embarazo. Sin embargo, no hay evidencias científicas que demuestren que esto es cierto. Las depresiones severas después de un aborto son muy excepcionales.
Lo que se ha encontrado es que las mujeres pueden tener sentimientos negativos después de un aborto debido a las condiciones en que éste se llevó a cabo y no necesariamente por la interrupción del embarazo en sí.

La tristeza y el sentimiento de pérdida son más o menos frecuentes, sobre todo si la decisión de abortar fue tomada en condiciones difíciles, si significó la perdida de la pareja o la ruptura de otros lazos afectivos.

Sin embargo, en contraposición al supuesto trauma post aborto, muchas mujeres manifiestan haber sentido alivio después de interrumpir voluntariamente un embarazo.

Ejercer el derecho a decidir

Estudios realizados en México y en Perú, con entrevistas a mujeres que han pasado por esta experiencia, muestran que en los casos en que la decisión es tomada de manera autónoma y segura, los efectos emocionales son positivos y la recuperación es casi inmediata.1

Otros factores que influyen positivamente en la mujer que toma la decisión de practicarse un aborto son: el acceso a la información y a una orientación que le permita valorarse a sí misma no sólo como madre; el acceso a servicios médicos de calidad; el apoyo y la comprensión de la pareja, la familia o personas cercanas.

Así, la mujer puede enfrentar con más y mejores recursos esta experiencia en un contexto como el de la sociedad mexicana, donde existe una tendencia que condena moralmente a las mujeres que interrumpen voluntariamente un embarazo.

Tu vida está a salvo
Haber tomado esta decisión hará posible que la mujer pueda:
• Continuar trabajando o estudiando sin alterar sustancialmente su proyecto de vida y posponer la decisión de una posible maternidad
• Conservar la vida y la salud, cuando el embarazo implicaba un riesgo para éstas
• Dado el caso, evitar el nacimiento del producto de una violación• Si ya tiene hijos, criar y cuidar a éstos en mejores condiciones
• Tener conciencia de éstas y otras posibilidades que aquí nomencionamos ayudan a las mujeres a valorar positivamente la experiencia de un aborto, a pesar de la condena moral casi siempre presente.

¿ QUE ES EL ABORTO?

Existen distintos tipos de aborto. La Organización Mundial de la Salud los define de la siguiente manera:

Aborto espontáneo: es la pérdida del embarazo antes de que el feto sea viable. Es decir, antes de que el feto pueda sobrevivir fuera del útero materno. La OMS considera que el feto es viable a las 22 semanas de gestación.

Aborto inducido: es el proceso mediante el cual se interrumpe el embarazo antes de la viabilidad fetal. Esto es, cuando hay intervención humana con el fin de interrumpir la gestación.

Aborto inseguro: se define como el procedimiento llevado a cabo ya sea por personas que carecen de la capacidad requerida, en un ambiente carente de estándares médicos mínimos, o en ambos casos.

En México, la mayor parte de los abortos practicados son abortos inseguros que ponen en riesgo la vida y la salud de las mujeres. Esto se debe a las condiciones de clandestinidad en que tienen lugar como consecuencia de las leyes restrictivas que existen actualmente.

Por otra parte, existe un gran desconocimiento entre la población y las instituciones médicas acerca de los casos en los que el aborto está permitido. (Ver Leyes sobre el aborto en México)

Esto también ocasiona que muchas mujeres que por ley tienen derecho a los servicios de aborto no reciban atención en las instituciones de salud y recurran a prácticas riesgosas de aborto clandestino.

Situaciones como ésta suceden sobre todo entre las mujeres que no tienen posibilidad de pagar el alto costo que tiene este procedimiento entre los proveedores que ofrecen servicios seguros. En nuestro país dicho sector es mayoritario. Por ello el aborto constituye un problema complejo de salud pública y justicia social. (Ver la Campaña ¡El aborto por violación es legal!)

MITOS Y REALIDADES DEL ABORTO

Esta diversidad se explica por el hecho de que ninguna mujer en edad reproductiva está libre del riesgo de un embarazo no deseado. Aún usando anticonceptivos modernos y seguros el riesgo de embarazarse persiste hasta que las mujeres dejan de ser fértiles.

En 1990, el Doctor Armando Valle Gay, entonces jefe de la Unidad de Ginecobstetricia del Hospital General de México, hizo una encuesta a 100 mujeres que habían llegado a ese hospital por complicaciones de aborto inducido.
Aunque los datos que obtuvo no son representativos de todas las mujeres que abortan, sí proporcionan indicios muy interesantes.

1.- Aquí algunos de los resultados:
Religión
Católica---88%
Otra-------12%

No deja de sorprender que la mayoría de las encuestadas sea católica, ya que ésta es la religión más intolerante respecto a la práctica del aborto. Esto indica que muchas mujeres católicas deciden voluntariamente interrumpir un embarazo a pesar de ir en contra de lo que ordena la jerarquía de su Iglesia.

Número de hijos
Sin hijos ----------26%
De 1 a 4 hijos----50%
5 hijos o más-----19%
Por otra parte, 69% (50% más 19%) de estas mujeres tiene ya una criatura o más, lo que contradice la idea de que sólo abortan las mujeres jóvenes.Este dato no es nuevo. Distintas evidencias indican que el aborto en México es más frecuente entre mujeres casadas y con hijos.

En 1976, un colectivo de investigadoras mexicanas aseguraba que "por lo general la mujer que aborta [...] no es ni la joven soltera ni la tan traída y llevada ‘mujer de mala fama’, sino la casada, madre de varios hijos, cuya situación económica o familiar no le permite asumir mayores responsabilidades".2

Recientemente, varios prestadores y prestadoras de servicios de salud confirmaron lo mismo al decir que la mayoría de las que buscan un aborto son mujeres que viven permanentemente con un hombre, casadas o no, y que no cuentan con medios económicos ya sea porque el marido gana poco, porque está desocupado o no quiere asumir la responsabilidad. Las mujeres en esta situación son las más decididas a abortar.3
Otros datos que desmienten la idea de que sólo las mujeres jóvenes e irresponsables acuden al aborto son las edades de quienes deciden interrumpir un embarazo. En la encuesta de Valle Gay se observa que la mayoría de las mujeres no eran adolescentes al momento de interrumpir su embarazo.
Edades













Por otro lado, el nivel de instrucción de las mujeres de esta muestra resultó ser variado, aunque por el tipo de lugar en el que se las entrevistó —un hospital público que atiende a "población abierta", es decir, que no requiere ser derechohabiente— hay más mujeres con escasa escolaridad.
Nivel de Instrucción
Analfabetas --------------------16%
No terminaron la primaria ---44%
Primaria completa ------------28%
Profesionistas -------------------3%
Los datos más sorprendentes de esta encuesta son los motivos que llevaron a las mujeres a abortar. La mayoría de ellas dijo que tenía problemas económicos o que deseaba una mejor educación y futuro para sus hijos, como se muestra a continuación.

Motivos






Además de las diferencias de edad, religión, escolaridad y razones para abortar, lo que distingue a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo son las opciones que tienen para hacerlo.
En este sentido, las diferencias socioeconómicas cobran mucha importancia, debido a que las mujeres con mayores ingresos pueden obtener abortos seguros y las pobres acuden a personas no capacitadas o se lo inducen ellas mismas, poniendo en riesgo su salud y su vida.

NOTAS1 Los resultados de esta investigación fueron publicados en Valle Gay, Armando, "Legalizar el aborto, urgente acción humanitaria", en Doble Jornada, México, 2 de julio de 1990, pp. 4-5.2 Acosta, Marie Claire, et al., El aborto en México, México, FCE, 1976. p. 75. 3 Elú, María del Carmen, "El aborto visto por el personal de salud" en De carne y hueso. Estudios sociales sobre género y reproducción, México, IMES, 1994, p. 168.